El pasado 27 de junio, en el
Barclays Center de Brooklyn, el comisionado de la NBA David Stern sorprendía al
mundo baloncestístico al anunciar que los Cleveland Cavaliers habían escogido a
Anthony Bennett como número uno del draft 2013. Una elección que pillo por
sorpresa a todos los expertos de la NBA, que colocaban como favoritos al número
uno del draft a jugadores como Victor Oladipo, Nerlens Noel o Ben McLenmore.
Ninguna previsión daba el número uno a Bennett, que se convertía en el primer
canadiense en ocupar el lugar mas alto del draft.
Los Cavs, que intentaron
traspasar sin éxito su elección número uno del draft hasta minutos antes del
inicio de la ceremonia, se la jugaron por este ala-pívot de 2,01m y 108kg de
peso, comparando su versatilidad para jugar tanto de “3” como de “4” con la de
Carmelo Anthony o el mismísimo LeBron James.
Una elección arriesgada que tras
los primeros once partidos disputados por el canadiense, parece que será un
gran fiasco. Y es que Bennett ostenta el peor inicio de la historia de un
número uno del draft, anotando su primera canasta en la NBA tras quince
intentos y cuatro partidos.
Es tal el desacierto de Bennett,
que el jugador procedente de la Universidad de Nevada ya ha sido abucheado por
sus propios aficionados, y es que sus estadísticas (2 PP, 21% TC, 13% T3, 33% TL) no son las propias de un jugador llamado a ser una estrella en la NBA.
Incluso en las últimas horas, han crecido los rumores en Estados Unidos que
afirman que Bennett podría ser enviado por los Cavs a la D-League (liga de
desarrollo de la NBA), en un paso atrás en lo deportivo que podría ser lo que
Bennett necesita para volver a competir con garantías en la NBA.
Lo que está claro es que solo el
tiempo nos dirá si nos encontramos ante un gran jugador que solo ha tenido un
mal inicio, o por el contrario es otro de los grandes fiascos que han sido
número uno del draft, como en su día lo fueron Michael Olowokandi, Kwame Brown
o mas recientemente, Greg Oden.
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