Fue un jugador que pasó por varios equipos a principios del nuevo milenio, pese a que apuntaba alto (número 13 del draft de 1998). Denver, Toronto, Sacramento y Utah le vieron pasar por sus filas en una carrera de seis temporadas en la NBA. Promedió 8.2 puntos y 5.9 rebotes en cerca de 22 minutos por partido.
Nunca tuvo la cabeza preparada para la vida de un deportista profesional, como ha reconocido el propio Clark. Él mismo llegó a declarar que nunca había jugado un partido sobrio o que llegaba a beber medio litro de ginebra antes de los partidos.
Ya había pasado por la cárcel por otros delitos relacionados, pero esta vez ha ingresado bajo fianza de 100.000$ en la prisión de Vermilion.
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